Hoy en día es común realizar transacciones virtuales o comprar productos desde un computador o teléfono celular, con medios de pago como tarjetas de débito, crédito o contra entrega. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro.
En internet se ofrecen variedad de productos, pero a veces existen más dudas que certezas, lo que ha llevado a la desconfianza de aplicaciones o publicaciones, otros más conservadores ven la necesidad de ver y tocar el producto, observar su calidad y hasta medírselos.
Un ciudadano buscó adquirir unos zapatos por un valor de 140.000 pesos con servicio de contra entrega. Una vez hizo el pedido, solo le quedaba esperar y pagarlos para disfrutar de sus nuevos zapatos.
Al ciudadano le enviaron un correo electrónico y un mensaje de texto que indicaba que el producto estaba en camino para la entrega, con un número de guia se podría hacer seguimiento a la encomienda, mensaje recordando el pago contra entrega.
La encomienda proveniente de la ciudad de Floridablanca – Santander, demoró entre 2 y 3 días. Al momento de la entrega, el ciudadano solicitó ver el contenido del paquete.
El comprador verificó que efectivamente existían en su interior unos zapatos, posteriormente procedió a abrir el paquete, y en su interior unos zapatos ni parecidos o similares a los solicitados por internet, lo que llevó a devolver el paquete.
El despachador advirtió que no se permitía abrir los paquetes antes del pago contra entrega, pero realizaría una excepción ante tantas estafas, y efectivamente, lo solicitado no correspondía a lo entregado.
Sin embargo, no puede generalizarse cuando hay empresas, negocios y personas que cumplen con la calidad del producto ofrecido y posteriormente adquirido por el comprador, haciendo las cosas bien para acreditar clientes.
Cuéntanos si has tenido una mala experiencia con productos adquiridos por internet y que recomendaciones puedes hacer para que otros no sean víctimas de engaños y estafas.
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